viernes, 25 de diciembre de 2020
viernes, 11 de diciembre de 2020
Adivinanzas y problemas de "Mates"
1. Adivinanzas
Copia en tu hoja las siguientes adivinanzas y di que es.
jueves, 3 de diciembre de 2020
miércoles, 2 de diciembre de 2020
martes, 1 de diciembre de 2020
Uga, la tortuga
- ¡Caramba, todo me sale mal!, se lamenta constantemente Uga, la tortuga.
Y es que no es para menos: siempre llega tarde, es la última en acabar
sus tareas, casi nunca consigue premios a la rapidez y, para colmo es una dormilona.
- ¡Esto tiene que cambiar!, se
propuso un buen día, harta de que sus compañeros del bosque le recriminaran por
su poco esfuerzo al
realizar sus tareas.
Y es que había optado por no
intentar siquiera realizar actividades tan
sencillas como amontonar hojitas secas caídas de los árboles en otoño, o quitar
piedrecitas de camino hacia la charca donde chapoteaban los calurosos días de
verano.
- ¿Para qué preocuparme en hacer un trabajo que luego acaban haciendo
mis compañeros? Mejor es dedicarme a jugar y a
descansar.
- No es una gran idea, dijo una hormiguita. Lo que verdaderamente cuenta
no es hacer el trabajo en un tiempo récord; lo importante es acabarlo
realizándolo lo mejor que sabes, pues siempre
te quedará la recompensa de haberlo conseguido.
No todos los trabajos necesitan de obreros rápidos. Hay labores que requieren tiempo y esfuerzo. Si
no lo intentas nunca sabrás lo que eres capaz de hacer, y siempre te quedarás
con la duda de si lo hubieras logrados alguna vez.
Por ello, es mejor intentarlo y no conseguirlo que no probar y vivir con
la duda. La constancia y la perseverancia son
buenas aliadas para conseguir lo que nos proponemos; por ello yo te aconsejo
que lo intentes. Hasta te puede sorprender de lo que eres capaz.
- ¡Caramba, hormiguita, me has tocado las fibras! Esto es lo que yo
necesitaba: alguien que me ayudara a comprender el valor del esfuerzo;
te prometo que lo intentaré.
Pasaron unos días y Uga la
tortuga, se esforzaba en sus quehaceres.
Se sentía feliz consigo
misma pues cada día conseguía lo poquito que se proponía porque era consciente
de que había hecho todo lo posible por lograrlo.
- He encontrado mi felicidad: lo que importa no es marcarse grandes e
imposibles metas, sino acabar todas las pequeñas tareas que contribuyen a
lograr grandes fines.
FIN
Preguntas:
1. ¿Qué le pasaba a Uga la tortuga? ¿Por qué se metían todos los
compañeros del bosque con ella?
2. ¿Hizo algo
Uga para cambiar esta situación?
3. ¿Que le
dijo la trabajadora hormiguita?
4. ¿Cómo se
sentía Uga al comenzar a
esforzarse en todo lo que hacía?
lunes, 30 de noviembre de 2020
Lengua Castellana. Las familias de palabras
Los trabajos
Realizar un mural pegando tres folios. Vamos a dibujar en la hoja tres apartados (cada uno en una cara del folio). en el primero pondrás
2. ¿Qué es materia prima?
3. Las personas que utilizan las materias primas para elaborar otro productos.
4. Las personas que trabajan prestando servicios.
domingo, 29 de noviembre de 2020
Alimentación sana
viernes, 27 de noviembre de 2020
Un problema de mates: alimentos saludables
Marwa sabe que debe comer alimentos saludables para crecer fuerte. Omar también sabe que es mejor tomar fruta que chuches porque la fruta es el caramelo que nos da la naturaleza, por lo tanto esta es saludable.
Los dos hermanos van con su mamá al supermercado. Ellos son los encargados de elegir la fruta. Marwa echa en una bolsa de papel de la frutería 34 manzanas, luego, coloca la bosa en el carrito y Omar elige las peras y echa al carrito 16 peras, en otra bolsa de papel. ¿Cuántas piezas de fruta hay ahora en el carrito?
Antes de hacer el problema deber recordar los pasos que hay que seguir para resolverlo:
1. Escribe el problema en tu hoja. Subraya los datos de rojo y de azul la pregunta.
2. Escribe la palabra "datos:" y anota aquí la cifra y de qué se trata (peras o manzanas).
3. Vuelve a leer la pregunta y piensa qué te pide, si añadimos o quitamos algo.
4. Realiza la operación colocando primero los números debajo de las unidades (U) o las decenas (D), según corresponda.
4. Escribe la palabra "solución:" y el resultado de la operación al final.
jueves, 26 de noviembre de 2020
El cazo de Lorenzo
Mira este vídeo y contesta a las preguntas.
1.¿Qué arrastraba Lorenzo?
2.¿Por qué crees que la gente no quería juntarse con Lorenzo?
3. ¿Crees que todo el mundo tiene un cazo?
martes, 24 de noviembre de 2020
CUANDO LAS NIÑAS VUELAN ALTO
lunes, 23 de noviembre de 2020
Sumas y restas (2)
Escribe las siguientes operaciones en tu cuaderno colocando unidades (U), decenas (D) y centenas (C) en su lugar y resuelve:
Sumas
312 + 235 = ; 421 + 132 = ;632 +147 = ; 916 + 82=
Restas
56 - 44 = ; 123 - 112 = ;184 - 81 = ; 65 - 32 =
Ciencias Sociales y Matemáticas: El plano
miércoles, 18 de noviembre de 2020
Poema de los Derechos de las niñas y los niños
'La canción de los derechos'
Azul, verde o rojo
no importa el color
ni el idioma, raza o religión.
Da igual de donde vienes,
da igual a donde vas.
Si vives en el campo
o en la gran ciudad
Nacemos libres
nacemos iguales
tenemos derechos,
universales.
Nacemos libres
nacemos iguales
los mismos derechos,
somos responsables.
Derecho a la escuela,
a la educación.
Derecho a la salud,
a la protección.
Derecho a opinar
y a participar,
unos y otros
con libertad
Nacemos libres
nacemos iguales
tenemos derechos,
universales.
Nacemos libres
nacemos iguales
los mismos derechos,
somos responsables.
Libreeeesss
Igualeeeess
Derechoooosss universales
Libreeeeess
Igualeeeeess
LIBREEEEEESSS...!!
martes, 17 de noviembre de 2020
martes, 10 de noviembre de 2020
Sabemos y sabemos hacer
lunes, 9 de noviembre de 2020
Así es nuestro esqueleto
Repasa la clase de Ciencia Naturales de hoy. Estudia los huesos y las articulaciones y luego dibuja en un folio el esqueleto. No olvides escribir el nombre de los huesos.
Repasa.
Dibuja.
viernes, 6 de noviembre de 2020
Cuento: "Ni que si, ni que no"
El abuelo Genaro solía contar unos cuentos maravillosos. Nadia esperaba siempre con impaciencia el momento en que tocaba irse a la cama. Era entonces cuando el abuelo, ajustándose sus gafitas redondas, comenzaba a hablar con su voz grave.
A veces cogía los libros de la estantería y simplemente leía imitando voces, poniendo caras y haciendo ruidos. Pero la mayoría de las noches, el abuelo Genaro se inventaba sus propios cuentos.
Él decía que no, que eran historias reales que había vivido durante su época de marino. Pero Nadia no sabía si creerle. ¿Cómo aquel hombrecillo bajito y flaco podía haber vivido todas aquellas aventuras peligrosísimas en alta mar? Nadia no podía imaginar al abuelo Genaro, tan tranquilo y sonriente, enfrentándose a una tripulación rebelde, gritando con genio y atacando sin piedad los barcos de piratas malvadísimos.
– Abuelo, reconócelo, ¡es imposible! Te lo estás inventando.
Pero el abuelo Genaro no decía ni que sí, ni que no. Siempre respondía lo mismo:
– Todo es posible si creemos en ello. Depende de ti…
Y Nadia se quedaba siempre con la duda, pensando que a lo mejor el abuelo le estaba diciendo la verdad y ella era la nieta de uno de los marinos más valientes de todos los mares.
Pero una noche, el abuelo Genaro no estaba junto a su cama dispuesto a contarle un cuento. Se había puesto enfermo y habían tenido que llevarlo al hospital.
– ¿Te pondrás bien, abuelo? No puedo dormir sin tus cuentos.
– Claro que sí, Nadia, los viejos marinos somos duros de pelar. Yo he luchado contra ballenas carnívoras, contra terribles tempestades y malvados piratas. ¿De verdad crees que una enfermedad va a ser un problema para mí?
Pero en aquella cama de hospital, el abuelo Genaro parecía más pequeño y flacucho que nunca. Hasta su voz, tan grave y profunda, había pasado a ser tan solo un susurro.
Una semana después, el abuelo seguía en el hospital. Así que una noche, Nadia tomó una decisión. Si el abuelo no podía ir a contarle cuentos, sería ella la que le contaría cuentos a él.
Cuando le dijo a Mamá que se marchaba al hospital a contarle un cuento de buenas noches al abuelo, a Mamá casi le da un ataque de risa…
– Pero ¡cómo vamos a ir al hospital a estas horas! No nos van a dejar entrar…
Pero tanto insistió Nadia, que Mamá tuvo que hacerle una promesa. Al día siguiente, en cuanto saliera del colegio, irían a verle. Así Nadia podría contarle todos los cuentos que quisiera, aunque no fueran cuentos de buenas noches.
Al abuelo le encantó la idea, aunque al principio Nadia no sabía muy bien que contarle. Pero pronto, Nadia descubrió que había muchas cosas que podían convertirse en un cuento: el misterioso maletín que traía siempre el profesor de inglés, la colección de canicas que tenía Miguel, la capacidad que tenía la maestra de resolver siempre todas las preguntas…
– Nadia, reconócelo, ¡es imposible! Te lo estás inventando. ¿Cómo va a ser tu maestra un hada madrina si no tiene varita? – exclamaba divertido el abuelo Genaro.
Pero Nadia no decía ni que sí, ni que no. Siempre respondía lo mismo:
– Todo es posible si creemos en ello. Depende de ti…
Y tanto creyeron Nadia y el abuelo Genaro en el poder de la mente y de la imaginación, que un día, por fin, salió del hospital. Todo volvió a la normalidad. El abuelo recuperó su voz grave de marino y Nadia nunca más dudó de sus historias.
Todas eran posibles porque Nadia creía en ellas…
FIN
Preguntas:
1. ¿Cuándo esperaba Nadia que su abuelo le contara un cuento?
3. ¿Se creía Nadia los cuentos de Genaro?¿Qué le contestaba el abuelo?
2. ¿Qué quería la niña hacer cuando su abuelo se puso enfermo en el hospital?
jueves, 5 de noviembre de 2020
martes, 3 de noviembre de 2020
PIPER (actividad del cole)
lunes, 2 de noviembre de 2020
Ser raro no es nada raro, Cacahuete
domingo, 1 de noviembre de 2020
La otra familia de Fausto Tikismiquis
Mi abuelo se
llamaba Fausto, Fausto Tikismiquis
Me parezco a
él en las facciones de la cara marcada por el fuego de los infiernos, por eso tenemos ambos un fuerte carácter, otro
día os contaré lo de los infiernos. Días antes de mi nacimiento, el abuelo Fausto,
abandonó a los suyos y fue enterrado en el cementerio sobre el monte de las
ánimas. En herencia me dejó una maleta con fotos con seres extraordinarios que
conoció durante su vida de empresario del circo.
De vez en
cuando se me aparece su fantasma y charlamos un rato, yo le digo:
-
Hola,
abuelito, ¿qué tal? ¡Cómo me hubiese
gustado conocerte en persona!
-
A
mí también pero tuve que partir pronto. Espero que cuides de mis recuerdos,
aquellos que guardé en una maleta y que está ahora en tu poder.
-
Si,
abuelo, llevo tiempo observando los detalles en las fotos de tus amigos del
circo e intentando deducir cómo serían
sus vidas…
-
Muchos
llamaban monstruos a mis amigos porque tenían el cuerpo deformado pero me
gustaría contarte sus historias para que vieras que no eran más felices o
infelices que el resto de los mortales y que tenían los mismos sentimientos…
Poco a poco,
mi abuelo me fue contando las historias de aquellos personajes extraordinarios:
Charles Caracortada
Ciego hasta los diez años, Charles decía que
su discapacidad le había enseñado a ver la auténtica naturaleza de las
personas.
A los nueve años, se desfiguró la cara con
la rama de un rosal. Sus padres lo obligaron a llevar una máscara para ocultar
sus cicatrices.
El pobre rara vez salía de la lujosa mansión
donde vivía.
Cada año, el
circo que yo dirigía, Compañía Karpuzzi se llamaba, pasaba por las afueras de
la ciudad y permanecía allí unos días.
Sofía Taviani
Nacida en una familia muy pobre. Sus padres
la rechazaron al ver su extraña constitución física, ya que estaban seguros que
no podría trabajar en las tareas del campo. Dudaron entre dársela de comer a
los cerdos o venderla al mejor postor.
Una mañana,
mientras chapoteaba en el barro, el alegre balbuceo de Sofía atrajo a un
carpintero que pasaba por el lugar. Como su mujer no podía tener hijos, se la
llevó a su casa.
Aquellas
personas la cuidaron hasta la edad de cinco años. Pero un día el carpintero se
hirió gravemente su mano. En consecuencia no pudo trabajar y cuidar de la niña.
A espaldas de su mujer, se la vendió al señor Alexandre por unos cuantos sacos
de trigo.
Sofía pudo
escapar cuando fue mayor de aquel ricachón terrateniente que la tenía esclava.
Por suerte dio con la compañía Karpuzi, donde pudo desarrollar sus maravillosas
cualidades de trapecista.
La primera
vez que Oliver entró por la puerta del circo, causó miedo a los artistas que
allí estaban. Sus manos eran tan enormes que podía esconder en ellas una cabeza
humana.
Fausto se
acercó temblando y le ofreció su mano. Al estrecharla, mi abuelo, sintió su
piel tan rugosa como la de un hombre de 100 años. Entonces el gigante sonrió y
su sonrisa hizo que todos cambiaran de opinión, ya que era un ser encantador,
con un corazón enorme.
Cuando pasábamos cerca de un bosque con los carromatos del circo, Oliver se perdía durante unas horas y se ponía a hablar con los pájaros. ¡Entendía su lenguaje!
Eugenie Forest
A los
diecinueve años era una belleza deslumbrante. Apasionada por la moda, ella
misma se confeccionaba sus tocados y sombreros
Eugine tuvo
un sinfín de pretendientes, pero a su juicio, ninguno tenía encanto. Los
consideraba “del montón”.
Ella escribió una carta a cada enamorado,
algo triste, les hacía ver por qué solo ellos se habían fijado en su belleza y
no en sus extraordinarias cualidades que poseía.
Maguy Christal
Todos
convinieron en afirmar que Maguy era la más adorable de las niñas. Su buen
humor no se alteraba con caprichos ni llantos cuando jugaba con las flores e
insectos del jardín.
Solo tenía un pequeño defecto: le gustaba arrancarle los ojos a sus muñecas.
Sébastien Béguin
A los dos
años, Sébastien se mantenía en pie. Bien es cierto que necesitaba ayuda para
levantarse, pero una vez erguido, no había viento o tempestad que pudiera
desestabilizarlo.
Sébastien
aguardaba con paciencia a que su cuerpo se desarrollara. Soñaba con bailar.
Pero ningún profesor lo aceptó.
Un otoño se le ocurrió ir a vendimia cerca de casa. Enseguida se convirtió en el mejor pisador de uvas recién cortada. Al año siguiente, todos los viñadores querían contratarlo.
Blanche Cornut
Blanche se
pasaba la vida entre sus libros. Tan solo por la noche salía de su jaula dorada
y, a la luz de la luna, le contarme todo lo que había leído, y aprendido, en
sus lecturas.
A causa de su
mala cara, la llamaban “la vampira”. Apenas tenía amigos. Pasaba horas y horas
leyendo y escribiendo.
Cuando
murió, me dejó toda su obra escrita. En esta mostraba la tristeza por ser algún
día olvidada.
Su pequeño secreto: de joven le hubiese gustado ser una cantante de ópera famosa.
El Final
Guardo aquí
esta foto de la etapa de la miseria. Cuando los señores de la guerra invadieron
el país, la compañía del circo Karpuzi no tuvo más remedio que disolverse y
ocultase por toda la ciudad. Aquellos horrendos seres de corazón oscuro habían
desplegado sus banderas y sacado las armas a las calles. Si hubiesen dado con
los artistas sus miembros, los habrían aniquilado de inmediato.
Responde a las siguientes cuestiones:
2. ¿Qué sentimientos te despiertan realmente estos seres del circo a los que llamaban monstruos?
3. ¿Crees que está basado en hechos reales? Investiga en internet.
4. ¿Quiénes son los verdaderos monstruos de la historia? Comenta en grupo.
5. ¿Serías capaz de inventar un personaje del circo Peripatético y escribir su historia? Realiza un dibujo.