domingo, 1 de noviembre de 2020

La otra familia de Fausto Tikismiquis


Mi abuelo se llamaba Fausto, Fausto Tikismiquis

Me parezco a él en las facciones de la cara marcada por el fuego de los infiernos,  por eso tenemos ambos un fuerte carácter, otro día os contaré lo de los infiernos. Días antes de mi nacimiento, el abuelo Fausto, abandonó a los suyos y fue enterrado en el cementerio sobre el monte de las ánimas. En herencia me dejó una maleta con fotos con seres extraordinarios que conoció durante su vida de empresario del circo.

De vez en cuando se me aparece su fantasma y charlamos un rato, yo le digo:

-         Hola, abuelito,  ¿qué tal? ¡Cómo me hubiese gustado conocerte en persona!

-         A mí también pero tuve que partir pronto. Espero que cuides de mis recuerdos, aquellos que guardé en una maleta y que está ahora en tu poder.

-         Si, abuelo, llevo tiempo observando los detalles en las fotos de tus amigos del circo  e intentando deducir cómo serían sus vidas…

-         Muchos llamaban monstruos a mis amigos porque tenían el cuerpo deformado pero me gustaría contarte sus historias para que vieras que no eran más felices o infelices que el resto de los mortales y que tenían los mismos sentimientos…

Poco a poco, mi abuelo me fue contando las historias de aquellos personajes extraordinarios:

Charles  Caracortada

 

   Ciego hasta los diez años, Charles decía que su discapacidad le había enseñado a ver la auténtica naturaleza de las personas.

   A los nueve años, se desfiguró la cara con la rama de un rosal. Sus padres lo obligaron a llevar una máscara para ocultar sus cicatrices.

   El pobre rara vez salía de la lujosa mansión donde vivía.

Cada año, el circo que yo dirigía, Compañía Karpuzzi se llamaba, pasaba por las afueras de la ciudad y permanecía allí unos días.

A los 17 años, Charles se armó de valor y saltó por la ventana de su dormitorio para asistir al espectáculo. Cuando nos vio, quedó tan impresionado que quiso venir con nosotros. 
 

Sofía Taviani

   Nacida en una familia muy pobre. Sus padres la rechazaron al ver su extraña constitución física, ya que estaban seguros que no podría trabajar en las tareas del campo. Dudaron entre dársela de comer a los cerdos o venderla al mejor postor.

Una mañana, mientras chapoteaba en el barro, el alegre balbuceo de Sofía atrajo a un carpintero que pasaba por el lugar. Como su mujer no podía tener hijos, se la llevó a su casa.

Aquellas personas la cuidaron hasta la edad de cinco años. Pero un día el carpintero se hirió gravemente su mano. En consecuencia no pudo trabajar y cuidar de la niña. A espaldas de su mujer, se la vendió al señor Alexandre por unos cuantos sacos de trigo.

Sofía pudo escapar cuando fue mayor de aquel ricachón terrateniente que la tenía esclava. Por suerte dio con la compañía Karpuzi, donde pudo desarrollar sus maravillosas cualidades de trapecista.


Oliver Béguin

La primera vez que Oliver entró por la puerta del circo, causó miedo a los artistas que allí estaban. Sus manos eran tan enormes que podía esconder en ellas una cabeza humana.

Fausto se acercó temblando y le ofreció su mano. Al estrecharla, mi abuelo, sintió su piel tan rugosa como la de un hombre de 100 años. Entonces el gigante sonrió y su sonrisa hizo que todos cambiaran de opinión, ya que era un ser encantador, con un corazón enorme.

Cuando pasábamos cerca de un bosque con los carromatos del circo, Oliver se perdía durante unas horas y se ponía a hablar con los pájaros. ¡Entendía su lenguaje!

Eugenie Forest

A los diecinueve años era una belleza deslumbrante. Apasionada por la moda, ella misma se confeccionaba sus tocados y sombreros

Eugine tuvo un sinfín de pretendientes, pero a su juicio, ninguno tenía encanto. Los consideraba “del montón”.

   Ella escribió una carta a cada enamorado, algo triste, les hacía ver por qué solo ellos se habían fijado en su belleza y no en sus extraordinarias cualidades que poseía.

Maguy Christal

Maguy no lloró al nacer. Todo el mundo tenía los ojos clavados en la preciosa niña, por temor a que no se despertase. Afortunadamente empezó a respirar a pleno pulmón. Ya observaba la vida con un solo ojo curioso y profundo.

Todos convinieron en afirmar que Maguy era la más adorable de las niñas. Su buen humor no se alteraba con caprichos ni llantos cuando jugaba con las flores e insectos del jardín.

 Solo tenía un pequeño defecto: le gustaba arrancarle los ojos a sus muñecas.

Sébastien Béguin

A los dos años, Sébastien se mantenía en pie. Bien es cierto que necesitaba ayuda para levantarse, pero una vez erguido, no había viento o tempestad que pudiera desestabilizarlo.

Sébastien aguardaba con paciencia a que su cuerpo se desarrollara. Soñaba con bailar. Pero ningún profesor lo aceptó.

Un otoño se le ocurrió ir a vendimia cerca de casa. Enseguida se convirtió en el mejor pisador de uvas recién cortada. Al año siguiente, todos los viñadores querían contratarlo.





Blanche Cornut

Blanche se pasaba la vida entre sus libros. Tan solo por la noche salía de su jaula dorada y, a la luz de la luna, le contarme todo lo que había leído, y aprendido, en sus lecturas.

A causa de su mala cara, la llamaban “la vampira”.  Apenas tenía amigos. Pasaba horas y horas leyendo y escribiendo.

Cuando murió, me dejó toda su obra escrita. En esta mostraba la tristeza por ser algún día olvidada.

Su pequeño secreto: de joven le hubiese gustado ser una cantante de ópera famosa.


El Final

Guardo aquí esta foto de la etapa de la miseria. Cuando los señores de la guerra invadieron el país, la compañía del circo Karpuzi no tuvo más remedio que disolverse y ocultase por toda la ciudad. Aquellos horrendos seres de corazón oscuro habían desplegado sus banderas y sacado las armas a las calles. Si hubiesen dado con los artistas sus miembros, los habrían aniquilado de inmediato.


Responde a las siguientes cuestiones:

1. ¿Qué historia te ha impresionado más? ¿Por qué?
2. ¿Qué sentimientos te despiertan realmente estos seres del circo a los que llamaban monstruos?
3. ¿Crees que está basado en hechos reales? Investiga en internet.
4. ¿Quiénes son los verdaderos monstruos de la historia? Comenta en grupo.

5. ¿Serías capaz de inventar un personaje del circo Peripatético y escribir su historia? Realiza un dibujo.

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